viernes, 28 de febrero de 2020

UNGINO. EL OJO VIGILANTE


Ruta corta pero exigente que parte del pueblo ganadero de Madaria, en el municipio de Ayala (Aiara), dentro de la provincia de Álava (Araba). Conoceremos una zona rural preciosa que merece una visita sosegada en la cual disfrutaremos de la tranquilidad que emana. Esta ruta es lineal, pero se pueden realizar rutas circulares algo más largas en las que recorreríamos parte de la sierra de Sálvada ( o Gorobel). Las vistas del valle desde la zona alta de la sierra son sublimes.

He calificado esta ruta como moderada por el desnivel que se supera. Son unos 700 metros de desnivel positivo en un trayecto de poco más de 3 kilómetros. Aunque la subida no tiene mayores complicaciones y es corta, para gente que no esté habituada a subir al monte puede hacerse algo dura.









Si quieres, puedes descargar la ruta en el siguiente enlace: Madaria - Ungino


DESCRIPCIÓN DE LA RUTA


Amanece en Madaria
KM 00: Aparcamos el coche en la parte alta de Madaria, en el barrio Txabarri, junto a una pequeña explotación ganadera. A la izquierda de la estrecha pista asfaltada por la que hemos venido se abre un pequeño apartadero herboso donde estaba la entrada a un caserío ahora en ruinas. Nos metemos ahí.

Nada más salir de nuestro coche nos da la bienvenida un enorme mastín. Se acerca hasta dónde estamos, huele a Gau (es hembra y la deja tranquila…) y marca nuestro coche para que sepamos que éste es su territorio. Es joven y no parece tener ganas de follón. Intenta jugar un poco con Gau, pero ésta, ante el tamaño del que quiere ser su amigo, está un poco intimidada. El GPS marca que estamos a 273 metros... Todavía no se ha calibrado correctamente. Estaremos cerca de los 400 metros sobre el nivel del mar.


Los pimeros rayos de sol enrojecen la sierra
KM 00, 200: Hemos salido de Madaria rumbo Oeste – Noroeste por la única pista que hay. En un primer momento está asfaltada, pero a partir del último baserri, el asfalto se vuelve barro y piedra. A esta altura atravesamos la primera valla. Recordad que siempre que atravesemos vallas hay que cerrarlas para evitar que el ganado se escape. Para eso están. La pista transcurre principalmente entre pinos carrascos.


KM 00, 690: Nos volvemos a encontrar con otra valla, y unos 100 metros más arriba, con otra.  Tras cruzar la segunda valla atravesamos una pista que viene en perpendicular. Es el GR284, el Camino Real de la Sopeña, camino que antiguamente unía el burgalés valle de Mena con la ciudad de Orduña.

Nosotros seguimos rumbo Oeste – Suroeste, rectos, hacia la molde rocosa de Ungino. El sol empieza a salir tras los montes a nuestra izquierda. El espectáculo es grandioso.

El sol comienza a aparecer tímido tras los montes del este


KM 01, 30: Llegamos a una bifurcación. Giramos a nuestra derecha rumbo Norte – Noroeste. La pista se convierte rápidamente en un sendero que continua ascendiendo. Ya no subimos tan directos hacía el Ungino.


Los caballos pastan ajenos a nosotros. Al fondo, el Tologorri
KM 01, 39: Giramos a nuestra izquierda. Hay dos hitos que lo marcan. Hay que estar atentos. El sendero también sigue recto, pero nosotros no tenemos que seguir por ahí.  Estamos en el comienzo de un pequeño bosque, pero girando a la izquierda,  rumbo Sur – Suroeste, vamos a salir de él y vamos a bordear el Ungino por su izquierda ascendiendo por un sendero que va a media ladera de la montaña. Apenas hay árboles. Solo hierba y arbustos. Más a la izquierda podemos contemplar la silueta del cercano Iturrigorri (o Tologorri).


Ojo de Ungino desde abajo
KM 01, 66: A nuestra derecha comenzamos a contemplar el conocido como “ojo” de Ungino, una apertura casi en la cima del monte que lo atraviesa de lado a lado. Sobre la parte más alta de este impresionante monte observamos multitud de aves disfrutando de su vuelo gracias a los fuertes vientos que suele haber en la zona. Toda la sierra de Gorobel (o Sálvada) es el hábitat idóneo para buitres, águilas y otra serie de aves. Continuamos caminado por éste sendero a mitad de ladera. Rumbo Sur.


KM 02, 63: Atravesamos un pequeño torrente que baja de la parte alta de la sierra. En temporada de lluvias se llegan a formar algunos pequeños saltos de agua. Este invierno está siendo totalmente anómalo metereológicamente hablando. Apenas ha llovido, por lo que el fuerte torrente de otros inviernos se ha convertido en un escaso y fino hilo de agua. Nos encontramos a poca distancia del portillo que nos va a permitir cruzar a la parte alta de la sierra.

La niebla se mantiene en las cuencas de los ríos justo por debajo del embalse de Maroño



Ungino y valle de Aiara desde el portillo de Atatxa
KM 02, 83: Portillo de Atatxa. Llegamos a la parte alta de la sierra. Tenemos que cruzarlo y girar a nuestra derecha, rumbo Norte – Noroeste, y seguir rectos. Primero nos tomamos un pequeño respiro para recuperarnos del esfuerzo que ha supuesto este último tramo de ascensión a  través del sendero que bordea  la mole rocosa. Miramos desde el portillo hacia atrás para contemplar por donde hemos subido. La zona es preciosa.










Gau y yo en la cima de Ungino. Según el buzón 1094 metros.

KM 03, 49: Cima del Ungino. 1094 metros. Las vistas son fabulosas. Todavía queda niebla en las cuencas de los ríos. Saco la cámara de fotos y comienzo a disparar para inmortalizar el momento. Cómo disfruto de este momento. Estamos solos en la cima y no veo a nadie alrededor. Gau y yo posamos con nuestro objetivo conseguido. Esta va a ser la primera de las cimas que vamos a presentar para el concurso de los 100 montes que me he propuesto realizar con ella.


Panorámica de parte del valle de Ayala desde la cima de Ungino


Ojo de Ungino. Da vértigo

KM 03, 57: Hemos descendido unos metros desde la cima del Ungino rumbo Suroeste para llegar hasta el “ojo” de Ungino. Hay que extremar la precaución al acercarse al ojo porque un mal paso aquí podr
ía provocar despeñarse varios cientos de metros. Ver el valle a través del ojo es mágico. Aunque también da vértigo. Según bajamos, a nuestra derecha, enfrente de nosotros, contemplamos el Eskutxi. Lo miro con ganas, pero hoy carezco del tiempo necesario para poder hacer la ruta circular que nos llevaría hasta su cima y a la del pico Aro. Otro día será. Continuamos bajando hacía el portillo de Atatxa por esta ladera herbosa.


Gau se quiere quedar en la sierra. Se tumba en el portillo de Atatxa  mientras comienzo a bajar


Mole rocosa de Ungino y su ojo
KM 04, 90: Estoy bajando haciendo fotos del Ungino y contemplando el paisaje que tengo a mi alrededor y no me he dado cuenta que estoy siguiendo un sendero paralelo, diferente al sendero por el que he subido, y que va un tramo más arriba que el correcto. Como hoy hace muy buen día he podido confirmar mi equivocación. Decido bajar recto, unos 30 metros campo a través, hasta enlazar con el sendero que nos llevará de nuevo hacia nuestro lugar de origen.

Hace unos años, un día de mucha niebla, me pase de largo haciendo este descenso un buen tramo... Acabé monte a través y campo a través por una zona algo agreste para volver al sitio de partida después de estar un buen rato desorientado sin saber en que dirección seguir. Estad atentos para evitar problemas.


Los corderos, curiosos, nos vigilan a nuestro paso
KM 06; 05: Volvemos a atravesar el camino de la Sopeña, el GR284.Cada vez que paso por aquí me vuelvo a preguntar a mí mismo a ver cuándo llegará el día en el que recorra este sendero… Algún día…

Continuamos bajando rumbo Norte por la misma pista por la que hemos subido.

KM 06, 92: Llegamos de nuevo al barrio Txabarri de Madaria, lugar de comienzo de nuestra ruta. Cuando hemos llegado estábamos solos. Ahora hay 5 coches más aparcados. Según nos vamos no puedo reprimir el impulso de parar el coche cerca de la iglesia de Madaria para sacar una última foto de este impresionante paraje. Volveremos a vernos.

Iglesia de Madaria. El Ungino tras ella.

Si quieres, puedes descargar la ruta en el siguiente enlace: DESCARGAR RUTA