jueves, 16 de mayo de 2013

CAMINO PRIMITIVO CON PERRO. Etapa 00. De Oviedo a El Escamplero.

Salimos de Bilbao el sábado por la mañana. A una hora prudencial. Sobre las 10 de la mañana. Vamos mi mujer Ziortza, mi suegro Jose, mi suegra Mari Carmen y yo, aparte, claro está, de nuestra perrita Gau. Ellas decidieron acompañarnos a Jose y a mí hasta Oviedo para hacernos más fácil el viaje hasta Oviedo con Gau. Pero Ziortza y Mari Carmen, tras pasar el día con nosotros, se volverían a Bilbao.
El día había amanecido nublado, con muy pocos huecos para que los rayos de sol pasaran, pero desde que comenzamos a atravesar Cantabria los claros fueron tomando protagonismo.
El trayecto hasta Oviedo no es muy largo. Unas 3 horas hasta el centro de la ciudad. Llegamos con tiempo para dar una pequeña vuelta por la parte vieja, visitar la catedral, el ayuntamiento, la oficina de turismo y poder tomar algo en su conocido bulevar de la sidra antes de decidir donde nos íbamos a sentar a comer.



En la plaza del ayuntamiento (en obras), grupos de bailarines regionales amenizaron la mañana

Como nuestra perrita Gau estaba dando el paseo con nosotros (algo muy habitual), intentamos buscar un lugar donde poder comer con ella. En el bulevar de la sidra (calle Gascona) vimos unas cuantas sidrerías que ofrecían unos menús que nos resultaron atractivos y encima poseían unas terrazas acristaladas donde quizá podríamos comer con Gau. Nos acercamos a una de ellas. Creo que era la sidrería el Pigueña. Como siempre preguntamos si podríamos comer en la terraza acristalada con nuestra perra tumbada a nuestro lado, en una esquinita, para no molestar a nadie. El camarero, muy atento, no nos puso ninguna objeción. Comimos un menú de fin de semana que costaba 15 euros por cabeza (con un incremento del 10% por hacerlo en la terraza) compuesto de un entrante (croquetas de compango, que se hacen con los sacramentos de las fabes), un primer plato a elegir, un segundo a elegir, postre y vino de la casa y agua. La verdad es que quedamos satisfechos y todo nos pareció que estaba muy rico. Yo comí fabes de primero y pixín (rape) de segundo. Para repetir.



Vieira de bronce de la ciudad de Oviedo

Una vez acabada la comida nos fuimos en busca del albergue de peregrinos de Oviedo, el cual, según nos habían dicho en la oficina de información de la ciudad, no habría hasta las 5 de la tarde. Como sabemos que al ir con nuestra fiel compañera Gau podemos encontrarnos con más de un problema, intentamos hacer siempre las cosas con tiempo. Lo más probable es que en una ciudad tan grande como Oviedo tengamos que buscarnos una pensión o un hotel para poder dormir con ella.
Una vez lo encontramos, y como todavía quedaba algo de tiempo para que lo abrieran, volvimos unas cuantas decenas de metros sobre nuestros pasos hasta que encontramos un bar para tomar algo mientras hacíamos tiempo. Allí nos encontramos con un par de peregrinas madrileñas que también estaban esperando a lo mismo. Charlando con ellas nos comentan que en vez de quedarse en Oviedo simplemente iban a sellar la credencial en el albergue y se iban a ir hasta El Escamplero, que está a unos 13 kilómetros. Saben que es un albergue pequeñito, pero creen que al estar tan cerca de Oviedo habrá poca gente.
Una vez nos despedimos de ellas mi suegro me mira y me dice:

-         ¡Qué!, ¿vamos nosotros también para allí? Además seguramente allí lo tendremos mejor para dormir con la perra y aquí ya no pintamos nada.



Mari Carmen, Gau y Ziortza embarazada de Sare

Mi mujer y mi suegra nos miran con caras de asombro. Ellas se tienen que volver a Bilbao en algo menos de una hora para no conducir de noche, que no les gusta nada, así que están de nuestra parte. Nos levantamos inmediatamente, seguramente más animados de lo normal por el vino de la comida y el txupito de hierbas del postre, y nos dirigimos a por las mochilas. Las recogemos y bajamos de nuevo a la zona del albergue para sellar. La verdad es que esta operación es un poco tonta, ya que hicimos y deshicimos el mismo trayecto 4 veces en menos de una hora antes de salir de la ciudad. Si no teníamos intención de dormir en el albergue podíamos haber sellado la credencial en cualquier local de la ciudad. Pero bueno, se nos metió en la cabeza que el primer sello tenía que ser el del albergue de Oviedo y así fue. Ya sabéis que a cabezones, a los vascos, pocos nos superáis.
Llamo al albergue antes de salir exponiéndoles que voy con una perrita y a ver si habría algún problema. Me dice que si nadie se queja que no pasa nada. Que en esos momentos no había nadie, pero que no sabía la gente que podía haber en camino. Y que si no, de todas formas, había un sobre techo fuera donde poder dejarla.
No hay nadie. Uhmmmm. Eso nos anima más. A las chicas madrileñas ya les había preguntado si les importaría dormir en la misma habitación con la perra y no me habían puesto ninguna pega si Gau no montaba jaleo a la noche. Así que…¡Adelante!

¡¡¡COMIENZA LA AVENTURA!!!

DESCRIPCIÓN DE LA ETAPA




Oviedo - El Escamplero (13,03 kilómetros)


    
    Los peregrinos antes de comenzar su aventura
    
  • Salimos de la Catedral de San Salvador de Oviedo sobre las 18:00 horas. Sobre esta iglesia y con referencia al Camino de Santiago hay un dicho popular que dice “El que va a Santiago y no va al Salvador, visita al criado y deja al Señor”. Por lo tanto, para hacer todo correctamente, inmortalizamos el momento frente a esta Catedral. La primera visita ya estaba realizada.  Antes de colocar las mochilas a nuestras espaldas nos despedimos de las mujeres. Para no variar y como es habitual en las mujeres de esta familia durante las despedidas, unas cuantas lagrimitas cayeron por sus mejillas antes de que comenzaramos a andar. Sonreimos, nos pusimos nuestras mochilas, pronunciamos nuestro ultimo agur durante un par de semanas y comenzamos a andar. Sin mirar atrás. Pensando solo en lo que nos ibamos a encontrar. Atentos a todas las señales. No queríamos comenzar con mal pie. Y un despiste podría suponer empezar nuestra aventura de mala manera.
    
    Placa conmemorativa del suelo cerca de la catedral
    
  • Inicio de Etapa. Kilómetro 0,00. Nos dirigimos hacia el Norte, como si volviéramos hacia el bulevar de la sidra. En el suelo vemos una placa conmemorativa colocada en el año 2.010 que nos indica que desde allí partió la primera peregrinación a Santiago de Compostela y cual es la dirección a seguir. Al de unos metros, siguiendo las indicaciones, tenemos que torcer a la izquierda, dirección Oeste, dirección que se volverá muy habitual durante todo el camino. Nos recolocamos bien la mochila y apretamos el paso. Sin mirar atrás. Este hecho nos lo echarían en cara a nuestra vuelta, pero ya se sabe, los hombres, en muchas ocasiones, carecemos de este tipo de sentimentalismos. ¡Qué se le va a hacer! Toda esta primera parte de la etapa transcurre por el casco urbano de la ciudad de Oviedo. Está bastante bien señalizado. Solo hay que estar un poco atento en los cruces para ver cual es la dirección a seguir tal y como nos indican las vieiras de bronce colocadas en el suelo de la ciudad. Aparte de ellas, tendremos que empezar a familiarizarnos con las flechas amarillas y con los mojones con cerámicas de la archiconocida vieira.
    Monumento al peregrino
    

  • Al de unos 40 minutos andando comenzamos a salir de la ciudad. Estamos en el barrio de La Florida, de reciente construcción. Si por lo que sea nos despistamos un poco o perdemos de vista las señales, hay que tener en cuenta que la ladera que hay a nuestra derecha será por donde comenzaremos a ascender en breve para abandonar definitivamente la ciudad. En esta zona nos vamos a encontrar con el monumento al Peregrino. La tarde es estupenda y estamos empezando a abandonar la ciudad.

  • Superados los 5 kilómetros desde la catedral de San Salvador, llegamos a San Lázaro de Paniceres. Allí, junto al camino, vemos el cartel del bar La Trapa. El sol calienta y estamos animados. Paramos a tomar una cervecita y volvemos a ajustarnos bien las mochilas. Charlamos un rato con la dueña del bar y continuamos nuestro camino. El ánimo y la ilusión están por todo lo alto. Además este brillante sol parece que nos empuja.

  • A partir de este momento las pistas vecinales se mezclan con los senderos. Vamos dejando la ciudad de Oviedo a nuestras espaldas. A nuestra izquierda vemos a lo lejos una impresionante cadena montañosa sobre la que se encuentran suspendidas unas amenazantes nubes. Me imagino que pertenecerán a la cordillera cantábrica. Atravesamos pequeños núcleos urbanos, aldeas se podría decir, sin ningún tipo de servicio, por pistas vecinales mayormente. Dejamos atrás algunas ermitas y los mastines no paran de ladrarnos a nuestro paso. La presencia de Gau los altera. Estad atentos. Esta va a ser una constante durante todo el camino. Hay que tener los bastones en la mano listos para amenazar a aquel perro que se acerque con intención hostil. Se les ve a la legua.

    
    A nuestra izquierda un grupo de nubes amenazantes cubre los montes mas altos
    
  • Pasados los 8,5 kilómetros llegamos al puente Gallegos sobre el río Nora. Es un lugar singular dentro del camino. Tras atravesarlo recorremos un tramo por carretera, pero al de unas decenas de metros una pista a nuestra derecha nos saca del asfalto. En un principio esta senda descenderá un poco, pero después se convertirá en el primer ascenso de cierta importancia. La pendiente se vuelve un poco dura en poco tiempo. A través de esta pista llegamos hasta la población de El Escamplero.


    
    Los hórreos asturianos empiezan a aparecer según nos alejamos de la civilización
    
  • Volvemos a la carretera. Concretamente a la AS-234. Seguimos las marcas del camino y en unos metros veremos un bar a nuestra izquierda. Continuamos en busca del Albergue. Tiene que estar por aquí. Casi cuando estamos saliendo del pueblo vemos el cartel indicador. Nos acercamos hasta el albergue.

  • Final de etapa. Hemos recorrido 13,03 kilómetros. Entramos al albergue con la intención de buscar al hospitalero. Un cartel en la entrada nos indica que en este albergue no hay hospitalero. Si está cerrado hay que pedir la llave en el bar que hemos pasado hace un rato, el restaurante El Tendejón de Fernando, al que hay que ir de todas formas para coger la plaza y pagar el albergue. Tiramos de la puerta y vemos que la puerta está abierta. Dentro hay 3 personas. Dos hombres y una mujer. Son italianos. Les preguntamos si tienen algún problema de que Gau duerma dentro del albergue. Nos contestan que no. Entramos y cogemos dos camas libres que hay en una esquina. El albergue dispone de 12 plazas. No es nada del otro mundo, pero el agua de la ducha está caliente y dentro de la habitación hay 3 radiadores que ya estaban adjudicados para los italianos. Aparte tiene una cocina pequeñita donde poder prepararte la cena y algo de menaje. Algo mas de limpieza no le vendría mal. Al no haber hospitalero todo queda a merced de la buena voluntad del peregrino.

    
    Albergue de El Escamplero. Foto de http://caminodesantiago.consumer.es
    
  • Dejamos las mochilas y nos dirigimos al restaurante. Son las 21.10. A las 22:00 hay que estar de vuelta. Es la hora en la que ya no se puede hacer ruido en los albergues municipales. Vamos a cenar algo y a pagar el albergue.

  • El restaurante tiene bastante ambiente. Es sábado noche y la gente sale a cenar. Para evitar problemas dejo a Gau atada en la calle. La puerta es de cristal y nos puede ver. Así está más tranquila. Dentro nos encontramos con las chicas madrileñas. Ellas han parado a tomar algo antes de ir al albergue. Según entramos nosotros salen ellas. Cenamos unos bokatas rápidos y nos damos de alta en unas hojas. Pagamos y volvemos. 4 € cada uno por dormir en el albergue. Dentro de poco van a ser las 22:00 y ya es de noche. Estoy en pantalón corto y se empieza a notar el frío. Llegamos al albergue y la puerta ya estaba cerrada. Una de las chicas madrileñas todavía estaba levantada y nos abre. Nos acostamos sin hacer apenas ruido. Mañana será otro día



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3 comentarios:

  1. Me encanta Niko!!! Muy buenas las fotos y el recorrido precioso. zorionak por el blog.

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  2. Mi mujer y yo empezamos precisamente el 16 de mayo de este año (2014) el camino.
    Desde casa (Madrid) no me quedaba muy clara la senda para salir de Oviedo, pero ya lo he visto en tu mapa.
    Muchísimas gracias por los detalles. Muy buen trabajo.
    Juan

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  3. No hay de que, Juan. La pena es que todavía no he podido acabar de contar toda la experiencia. Desde que nació nuestra hija apenas tengo tiempo. Me alegra que te sirviera de ayuda.
    Un saludo
    Niko Berrocal

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